Mondo Guerra

Armando Thomas “Mondo” Guerra es un diseñador originario de Denver, Colorado, que saltó a la fama tras aparecer en la octava temporada de “Project Runway” en su versión original. Su peculiar forma de mezclar textiles y colores, lo caracterizó desde el primer episodio, y poco a poco fue ganando popularidad y distinción entre los jueces y el público.

No ganó el premio de esa temporada, pero años más tarde regresó a la pantalla chica para participar en la primera emisión del programa en su versión “All Stars”, resultando ganador y llevándose a casa uno de los premios más grandes que dicho formato ha ofrecido.

En cada uno de sus diseños Mondo impregna su punto de vista y su visión como diseñador. Su trabajo en realidad no se parece al de ningún otro, y su sentido del humor sin duda distingue cada uno de sus diseños.

También es sabido desde su aparición en el formato televisivo, que es portador del VIH y desde que lo confesó abiertamente ha buscado hacer labor social por dicha causa, donando por ejemplo parte de sus ganancias a una fundación que ayuda a personas portadoras del virus.

“I think if you’re misunderstood then you have something really good going on.”
-Mondo Guerra

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Época de revoluciones – América vs Europa

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Una vez finalizada la guerra, surge un concepto futurista en la manera de vestirse en todo el mundo, tratando de vislumbrar como sería la vida en tiempos lejanos, influenciados por el aumento y el auge de la industria plástica y de nuevos materiales de confección y de creaciones como el poliéster, el poliuretano y el látex. En la época de los 60’s y 70’s fue en la que Pierre Cardín presentaría vestidos futuristas con formas geométricas y de materiales inorgánicos, siendo el blanco y la plata considerados los colores de la época: representan la ilusión por un mundo moderno.

Finalizando éste concepto con la llegada del movimiento hippie en el que los pantalones, puños, abrigos, chales y caftanes se acampanan; los zapatos son de plataforma, el cabello largo y los peinados de estilo afro son muy populares entre hombres y mujeres. Predominaron los shorts y los pantalones cortos, que suelen llevarse con botas altas y medias de colores; los moños y los pantalones de una sola pieza se ponen de moda, surgiendo el estilo disco en Estados Unidos al mismo tiempo que el punk en Gran Bretaña, además parecen diseñadores como Vivienne Westwood, Zandra Rhodes, Giorgio Armani, Calvin Klein y Ralph Lauren, máximos exponentes e íconos de la moda actual, siendo en México Julio Chávez quien se convierte en el diseñador del mundo del espectáculo.

La sociedad de esta época en nuestro país, tenía una forma de vestir muy llamativa, con trajes brillosos y con un estilo acampanado, siendo los puños anchos y los peinados estrambóticos, los principales exponentes de esta corriente de moda en los inicios de la modernidad de nuestro país. En las grandes ciudades de ese entonces, se denotaba una clara influencia americana, desde el modo de trabajar, hasta el modo de relacionarse, creándose los primeros centros comerciales, el primero de ellos en América Latina en Guadalajara, Plaza del Sol. Los mallones de colores, las chaquetas de cuero negro y brillante, los pantalones holgados y las camisas de arcoíris, eran las formas más casuales de vestimenta a mediados de los 70’s y principios de los 80’s.

Siendo la llamada “enormidad” la tendencia que regía el panorama, las prendas enormes eran camisetas muy holgadas, “jerseys” que también pueden usarse como vestidos, las cintas para la cabeza, los pants, los tenis, las camisetas grandes, las sudaderas anchas, los leotardos, los calentadores y las cangureras son los elementos clave de esta época, en la que el volumen, mangas, tops y faldas acampanadas estaban de moda, auge de las minifaldas, siendo los máximos exponentes, Jean Paul Gaultier, John Galliano, Donna Karan y Azzedine Alaia. Dichos diseñadores sentarían las bases para la moda de finales de los 80’s y principios de los 90’s, en la que surgirían otros grandes íconos de la moda, como Lady Di, Olivia Newton John, Madonna y Debbie Harry.

Aquí la música jugaba un papel muy importante al momento de concebir la idea de la vestimenta y la moda, con el rock y el pop, corrientes que comenzaron por movimientos juveniles que poco a poco se fueron instaurando en las sociedades de todo el mundo, así como la mexicana, siendo el auge de los programas televisivos del país en los que se mostraban todos estos estilos a comienzos de los 80’s, en donde personajes destacados de aquella época como Gloria Calzada, Alfredo Palacios y más.

La profesora especializada en moda y alumna del London College of Fashion N. J. Stevenson analiza la contribución de los creadores más conocidos tales como Charles Worth que consiguió transformar la moda desde una industria secundaria hasta el primer imperio del mundo, el británico, simplemente por un estereotipo de vestimenta que hasta la fecha se sigue usando en Europa, así como Jeanne Lanvin que mantuvo el romanticismo al mismo tiempo que manejaba un modelo de negocio éxitoso, combinando la vestimenta casual con pretensiones de status, generando ganancias económicas  y marcando las pautas que seguirían algunos de los diseñadores icónicos del mundo como  Coco Chanel, que supo sintetizar la ropa de la mujer con elegancia liberándola de sus corsés y los antiguos clichés que seguían reprimiendo a la mujer, o como Christian Dior, quien fue la creadora del “New Look” que posicionaba a la moda con un tinte más femenino y como un poder de cambio tanto social como económico.

Otros grandes exponentes de los cambios regeneradores que la moda como tal fue capaz de intervenir fue Cristóbal Balenciaga, un maestro que supo reflejar la belleza en sus diseños cambiando por completo el típico modelo impuesto por el sistema patriarcal que se vivía con mayor fuerza en esos tiempos, o como Yves Saint Laurent, quién fue el primer modisto que diseño una colección completa de “prêt-à–porter” inspirado únicamente en la liberación femenina. Varios diseñadores son responsables de crear estilos y tendencias que la sociedad adopta como parte de la vida diaria, tal es el caso de Vivienne Westwood, Jean – Paul Gaultier y Alexander McQueen quienes mezclan el arte, la tecnología, el pensamiento y la filosofía en sus creaciones.  La moda y los cambios a los que ha sido sometida desde sus comienzos  y hasta estos últimos años, precisa acerca de cómo ha evolucionado la moda y esta ha influido en la sociedad respecto a la forma de vestir de manera unánime e inequívoca.[1]


[1] Moda: historia de los diseños y estilos que han marcado epoca” – n.j. stevenson , lunwerg, 2011

Época de Recesión – Inicio de la moda insigne

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Hacia finales de la primera Guerra Mundial, Europa tenía un gran auge de diseñadores y casas de moda que revolucionarían las maneras de vestir no sólo del viejo continente, sino de todo el mundo, siendo uno de los más grandes exponentes del momento. Coco Chanel, quien revolucionaría la concepción de la moda femenina de la época, simplificó las excentricidades que se usaban en la manera de confeccionar los conjuntos, creando un estilo único y limpio que pronto sería adoptado por las clases altas de los países europeos, llegando hasta el continente americano, aunque no propiamente a México.

Sin embargo, en la mitad del siglo XX estalla Segunda Guerra Mundial y de nuevo se racionan las telas y los accesorios de moda; la silueta de la época es delgada, de caderas estrechas, cintura marcada y hombros anchos. El traje sastre es parte importante de la indumentaria de la mujer en ésta década, los vestidos de noche son largos, rozando el suelo, y se confeccionan en lamé seda, raso, gasa, muaré y organdí; el corte al bies llega para quedarse, se impone la tendencia náutica: pantalones cortos, tops a rayas, boinas y chaquetas y se da a conocer el nylon, primera fibra artificial creada por DuPont, que revoluciona la moda. Debido a la escasez de material y a los sistemas de racionamiento, la falda corta es la moda dominante, el traje sastre tipo uniforme, las chaquetas con hombros rectos y hombreras, una cintura pronunciada con cinturón y grandes bolsillos son la imagen de la época, siendo en Estados Unidos donde las medias de nylon alcanzan gran popularidad; en Europa, sin embargo, el nylon se usaba para fabricar paracaídas, por lo que las mujeres utilizaban medias falsas, maquillándose las piernas con cacao y delineando las costuras.

Es en México donde aparecen figuras como Dolores del Río, quien regresa al país después de consagrarse como estrella en Hollywood a la par que María Félix empieza a figurar como símbolo del cine nacional, utilizando una moda diferente más al estilo americano, no propiamente europeo. Es aquí donde surge el prét-á-porter, prendas a precios razonables y de buena calidad listas para usar, el estilo femenino, las sensuales curvas y el glamour son las estrellas de la época, reinando los vestidos de falda ancha y cintura estrecha, todos estos ejemplos usados por los grandes exponentes de la cultura norteamericana. Grace Kelly, Audrey Hepburn, Ava Gardner y Marilyn Monroe, son algunos de los rostros de aquellos años que marcarían un antes y después en la moda americana, misma que influenciaría a México durante mucho tiempo, a la usanza hollywoodense y Neoyorkina.

Hablando pues de México, cabe destacar que la influencia de la Revolución tuvo un gran impacto en la forma de vestir y de concebir la realidad, sufriendo grandes cambios principalmente en la vestimenta femenina, a partir de la década de 1920 como consecuencia de la conjunción de diversos factores, entre ellos los cambios sufridos por la lucha y conflictos armados entre el gobierno y la sociedad tras la Revolución Mexicana.

Así mismo, a la vestimenta se le confiere un símbolo de identificación y diferenciación de género, nacionalidad, clase social, religión y diversas filosofías;  todo simplemente por la forma en la que una sociedad viste, explica Alejandra Jiménez que hoy en día la sociedad no puede concebir el abandono de la vestimenta misma como un ente inerte, ya que las ideas sobre el cuerpo y la desnudez no lo permitirían debido a que se encuentran intrínsecamente ligadas y que en conjunto, “han ido transformando y realizando procesos evolutivos en la forma del pensamiento humano  de como apreciar y valorar su cuerpo, así como con los materiales que lo cubren” (Jiménez; 2009)[1].

En los inicios del siglo XIX la industrialización estaba en su apogeo, los procesos de vestimenta se realizaban en masa y adquirían un valor en masa, agregado a una problemática social que se reflejaba en las ideas futuristas y en la implementación de las máquinas para cualquier proceso que anteriormente se realizaba exclusivamente con capital humano. A esto se sumaron también los recientes movimientos sociales, principalmente los feministas alrededor del mundo, y en México no fue la excepción, precisamente por los factores que originaron el cambio en el que la sociedad y el gobierno se relacionaban y que a través de la forma cotidiana de vestir poco a poco estos paradigmas fueron modificándose por las constantes presiones de la moda, del cambio, de las novedades y principalmente de la imitación de los modelos europeo-estadounidenses que propiciaron una penetración bidimensional en México. Gestándose así el nacimiento de una época de crecimiento y de acoplamiento a una cultura que si bien no resulta del todo extraña si es ajena a nuestros valores que se heredaron en la colonia y que terminaron por sucumbir ante la inminente etapa de industrialización y modernidad a mediados del siglo XX.


[1] Evolución de la vestimenta en México. Alejandra Jiménez López, 2009, México

Época de la Revolución – Final del Imperio

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Otro momento histórico de la moda fue el que hace referencia al arte en París. El vestido de la mujer se transformó por completo, y siguió vigente hasta el siglo XX, ya que la mujer llevaba vestidos más estéticos que el hombre. Su corte era lineal, y con un enmarcado en las caderas, el cuello alto y las mangas largas, presentaba botones en los puños. También estaban presentes los guantes y sombreros muy amplios. En los años de 1910, el traje del hombre incluía un saco largo y sombrero de copa, el militar era un claro ejemplo del buen vestir, al contrario de los revolucionarios, que vestían un pantalón tipo maguileño, camisa de manta, pañuelo y sombrero. Su vestimenta era típica de la guerra. De esa manera surge el traje charro, y que se caracterizó por un pantalón pegado con botones a los costados, saco corto y sombrero.

 En México los trajes son de tafetán escocés o de crespón de China; mandarinas, flores y pájaros bordados cubren las faldas por completo. Se reduce el vuelo de las faldas y la longitud de los corpiños, los sombreros de moda eran de paja, adornados con flores o plumas de avestruz. Las faldas alcanzan su dimensión definitiva, influyendo incluso en la arquitectura, puesto que puertas y escaleras se ensanchan para permitir circular a las damas, cuyas faldas superaban los 10 metros de tela para su confección, y se utilizaba la seda de colores lisos tanto para el día como para la noche.

La silueta de la época era ceñida en talle y mangas, y amplia a la altura de las rodillas, las faldas, que definitivamente están lanzadas hacia atrás, se han plegado, han sucumbido al reino del “polisón” que sostiene elaborados drapeados. En esta década en México la vestimenta pierde muchos de los detalles de originalidad que la caracterizaban y que tanto llamaba la atención a los extranjeros. Las mujeres de las clases altas sustituyen con el sombrero el uso de la mantilla, que se reservaba sólo para ocasiones muy precisas. Algunas damas guardaban rebozos extraordinarios de seda en su ropero, pero son las comunidades indígenas las que conservaron su tradicional vestimenta y continuaron con el uso del rebozo y el sarape.

Hacia 1895, la variedad de telas aumenta, están presentes las sedas, terciopelos, satines, los tradicionales encajes denotan la opulencia. Las mujeres se vuelven más activas, por ejemplo, para practicar algunos deportes como tenis, golf, ciclismo y natación; además la silueta femenina se afina cada vez más. Al desaparecer los grandes volúmenes de tela, hacia 1908 se acaba con el corsé, por lo cual la apariencia del cuerpo femenino se transforma radicalmente y al comenzar el siglo XX los vestidos son lisos y sueltos, es cuando el aspecto de la mujer cambia radicalmente y su nueva actitud anuncia los revolucionarios años por venir.

En Londres se funda The Rational Dress Society, una organización sin ánimo de lucro que iba en contra de la vestimenta de la época. Además de oponerse a cualquier prenda que pudiera deformar el cuerpo o dañar la salud, dicho grupo defendía el vegetarianismo y los derechos de los animales. Los vestidos de lujo para las damas mexicanas se elaboraban en telas como la faya de seda y se adornaban con abalorios, lazos, moños, lujosas esclavinas, golas y grandes abanicos, las pieles eran accesorios imprescindibles para ocasiones especiales.

Evoluciona también el rol de la mujer, que comienza a realizar trabajos y actividades antes reservados para los hombres y surge la ropa deportiva. Llega el traje sastre, que goza de gran aceptación, sobre todo los que aparecen en la sección femenina de los periódicos de la época, en donde la publicidad es determinante en el modo de anunciar dichos estilos de moda, haciendo que los modistas se convirtieran en diseñadores que empiezan a firmar sus creaciones, tras anunciarlas en los periódicos de la época. Europa es el continente pionero de  éste movimiento en donde se definirían los cánones de la moda y se fundarían las grandes casas de la moda que hoy en día conocemos como los grandes exponentes de la vestimenta actual.

Sin embargo, con el inicio de la Primera Guerra Mundial las mujeres asumen nuevos roles y además de ser enfermeras, conductoras de ambulancias o secretarias empiezan a trabajar en fábricas, en concordancia con esto deben usar uniformes, pantalones, trajes sastre. En México el gran acontecimiento de esta década es el Baile del Centenario, un evento poco conocido por los mexicanos, que para la ocasión el aquel entonces Presidente de la Nación Don Porfirio Díaz, vistió un conjunto militar en el que mostraba sus principales condecoraciones y cruzándole el pecho, la banda presidencial con los colores patrios. Mientras, Doña Carmen Romero Rubio de Díaz lució un vestido de seda de oro, adornado con perlas y una diadema de brillantes en el tocado, demostrando así el buen gusto que en ese entonces se tenía en la concepción de asistir a un evento de tal magnitud, por las personas con dinero y bien posicionadas de la época, que aunque el impero francés había terminado tiempo atrás, Porfirio Díaz continuaba con el afrancesamiento del país, desde la forma de las construcciones de la época, hasta la manera cultural y social de vivir.

Un ejemplo de eso fue la llegada de los teatros y de la ópera al país, los grandes bailes y fiestas de carácter social, los paseos por las plazas y parques a lo largo del territorio, todo enfocado a la usanza parisina. Es a raíz de esto que se puede afirmar que Francia tiene un gran impacto en la forma de vestir y de actuar en la sociedad mexicana desde principios del siglo XX.

Ahora bien, Guillaume Erner habla acerca de este proceso como una relación entre el estado y la sociedad, debido a que la democracia confiere un prestigio particular a los deseos de la mayoría. Esto es cierto tanto en el ámbito de la política como en el de los gustos sociales, por esta razón, la sanción del público parece cada vez más respetable y su legitimidad se discute cada vez menos como una manera de aceptar o no las tendencias impuestas, comenzando a cuestionar el sistema de orden y control y a preguntarse por la vida de las tendencia. Lo anterior permite dar con un principio esencial de la idea democrática: el gobierno da la opinión, más no la decreta ni la controla actualmente, al menos en una sociedad que se denomina democrática en que la sociedad es libre de expresar y portar una vestimenta sin algún decreto o prohibición.

Al mismo tiempo, la supuesta creencia en la existencia de una imposición social fuerte y misteriosa constituye el obstáculo principal para la comprensión de las tendencias que a lo largo de los años han ido intercalando espacios y momentos de auge y caída, como un proceso cíclico en el que la vestimenta y la forma ideológica social de concebir la realidad van de la mano y/o en contra marcando los puntos de quiebre entre la relación gobierno y sociedad.

El concepto de vestimenta y moda mexicana va mucho más allá de sus diseñadores o exponentes de renombre, debido a que está intrínsecamente ligada a la cultura y tradición que ha inspirado a los creadores más influyentes de la industria actual. Todos estos exponentes han sido influenciados por las diversas corrientes y modelos impuestos o adoptados por el pueblo mexicano a lo largo de su historia y que gracias a  íconos como María Félix y Frida Kahlo siguen siendo referentes importantes de la cosmovisión y construcción social de la realidad.

Época Conquista – Colonia

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Una vez consumada la conquista de los pueblos indígenas de nuestro territorio, los conquistadores españoles usaban y portaban trajes completamente diferentes a los de los indígenas, portando camisas, pantalones, guantes, chalecos hechos de pieles de cerdo, de caballos, botas y vestimentas propias de la época post medieval en Europa. Estos conquistadores tuvieron el arduo trabajo no sólo de evangelizar a las personas, sino también de acoplar sus costumbres y maneras de vestir a las personas, como forma de inclusión y de conquista social por medio de estos exponentes.

 Fueron varios siglos de adaptación y de perfeccionamiento en cuanto a la manera de vestir de los habitantes de la entonces llamada Nueva España, tiempo en que a los indígenas se les seguía vistiendo con sus ropas tradicionales como símbolo de la esclavitud y de la concepción racial que se tenía de su extinto pueblo, en comparación con los españoles y criollos, quienes portaban un modo de vestimenta más asemejados a sus primos europeos. Pero es a principios de los años 1800’s que surge un nuevo estilo de vestimenta que sería el icónico e identidad de nuestro país, el de los rancheros hacendados que se dedicaban a laborar en el campo y en los grandes ingenios de aquella época.

Su vestimenta se componía de unas “calzoneras” de gamuza de venado, adornadas a los lados de botones de plata u oro, un sombrero adornado con toquilla de plata, alas grandes y a los lados de la copa unas “chapetas” en forma de águila u otro capricho. Con algunos paliacates de colores, sombreros de ala pequeña y pantalones con pequeños bordados en piel. Conforme finalizaba el siglo XVIII, la vestimenta de las mujeres en la época de la independencia se basaba en amplios vestidos de manta y tocados finamente trabajados por artesanos de la zona, con algunas adecuaciones u adornos  como las chalinas y rebozos bordados, así como los velos que cubrían la cabeza de algunas mujeres en señal de respeto.

Se podría decir que en éste periodo se vivía un auge en la vestimenta  hecha en base a bordados, debido a la mecanización de la industria textil y el descenso en el precio de las telas de algodón, combinado aún con el interés por cubrir y ocultar. Y es a mitades de éste siglo en que nuestro país sufrió las invasiones extranjeras de los Estados Unidos y de Francia, que propiciaron un cambio radical en la manera de vestir de toda la sociedad, afectando a todas las clases. Sin duda en la época del imperio las tendencias en la moda eran provenientes de Europa y se importaban vestidos y trajes confeccionados en Francia, dichas telas europeas llegaban al puerto de Veracruz, y eran en su mayoría sedas, encajes, algodones, y bordados, para luego ser llevadas a la capital mexicana.

Lo anterior, influenciado por la llegada de Napoleón a la corona de Francia siendo un “parte aguas” en la moda, viviendo un cambio constante y fluido, proponiendo estilos neoclásicos y fastuosos propiamente hechos para la clase alta, que marcaba el modo de vestir y las demás clases bajas imitaban los diseños con los medios que estaban a su alcance. Los vestidos en las mujeres eran de telas ligeras y casi rectas de talle alto, con mangas al estilo globo, acompañados del peinado recogido y con rizos sueltos que colgaban sobre el rostro, los hombres usaban trajes confeccionados de estilo francés, con finas mangas y pañuelos de tinte aristócrata en los sacos y chaquetas militares de la época, siendo en México la familia imperial de Maximiliano y Carlota de Habsburgo los máximos exponentes de dicho estilo, implementando ésta moda en la forma de vestir de los mexicanos.

Esta vestimenta era de tipo imperial, el traje del ejército realista era una vestimenta de alta costura, donde se usaba una “faja vasca” que se enrollaba varias veces en el cuerpo con la finalidad de destacar la cintura del hombre, era parte del traje que usaban los exponentes masculinos de la época. El pantalón tenía un corte estilo zanahoria que redondeaba las caderas y caía en línea recta hacia los pies, la camisa era blanca de algodón, lino o seda, el cuello se mantenía alto, y podía llegar a pasar la barbilla; allí se colocaba una corbata, y luego cerraba con un saco estilo francés. A este periodo se le conoce como el Segundo Imperio, en el que nuevamente el país era invadido por una nación europea, cambiando costumbres, formas de relacionarse y de comportarse, así como cambios drásticos en la arquitectura y en la forma de pensar burguesa y social.

Claude Stresser-Péan habla acerca de la influencia francesa que ha existido en México desde el siglo 18, haciendo énfasis en el status que representaba lucir los atuendos en el tiempo precortesiano, donde recalca que “el traje es el reflejo de una sociedad”. Ellos tenían una disciplina estricta y no podían vestirse a su gusto como nosotros, que podemos salir con un jean sucio para más esnobismo o en falda. No, ellos tenían que obedecer estrictamente y seguir un estatuto impuesto que emulaba las tendencias provenientes de Europa, no sólo de manera social en la vestimenta, sino en la forma de pensar y de gobernar.

Para Claude, la vestimenta es un lenguaje; ya que vestimos para señalar a qué clase social pertenecemos y acentuamos nuestra personalidad. Un ejemplo que cita con frecuencia es que en la época prehispánica, el atuendo operaba de acuerdo a la religión y a la política imperante, “…por ejemplo, los macehuales y los campesinos se vestían de fibra de maguey y no tenían derecho al algodón. Eso es un ejemplo de que un material como el algodón era de uso exclusivo para los soldados, para los poderosos.” (Stresser-Péan; 2001)*. La tilma o el huipil era siempre el mismo, no había variedad, cada clase social tenía ligeras diferencias pero cada vez que se describe un traje precortesiano, se puede describir al mismo tiempo la costumbre o el hábito de aquella sociedad precortesiana.

*La vestimenta y los hombres: “Una perspectiva de la indumentaria indígena en México“. Fondo de Cultura Económica, Claude Stresser-Péan, FJIA/955/696-2119, 2001, México

Época precolombina

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Desde tiempos antiguos nuestro país ya era un exponente en cuanto a moda en la vestimenta se refiere, ya que en la época prehispánica los antiguos pueblos mesoamericanos ya incorporaban un peculiar “estilo” al momento de vestir, que iba desde adornar sus trajes con plumas y pieles de animales, a incrustaciones de piedras y metales preciosos. Quizá la moda más llamativa en esta época eran los fastuosos tocados de plumas en la cabeza, llamados “Penachos”, que sólo podían ser lucidos por la realeza, tanto aztecas como mayas, así como los largos collares y medallones que se incorporaban a una especie de capas hechas de manta y/o de pieles de animales como la de jaguar o pantera.

Aunque claro, la vestimenta social de la clase normal era bastante simplista, con pequeños y no tan elaborados conjuntos de manta y de telas hechas con plantas como el maguey, llamados ayates; también existían los famosos “tapa rabos” que como su nombre lo dice, se usaban exclusivamente para cubrir la zona pélvica y de las partes íntimas, generalmente asemejando una especie de pañal antiguo, usados generalmente por los campesinos y la clase obrera, para facilitar su comodidad al momento de trabajar. La vestimenta masculina, a diferencia de la femenina, se conservaba dentro de la comodidad para la actividad laboral; los campesinos y pastores indígenas, vestían sin camisa y calzón blanco de manta, y las mujeres usaban un conjunto completo de manta con pequeños adornos en la parte del cuello.

Isabel Marant para H&M

El día de hoy llegó a los  anaqueles y maniquíes de las tiendas H&M, la colección de la diseñadora francesa Isabel Marant. Tanta fue la expectativa de dicha colaboración,  que varias tiendas alrededor del globo amanecieron con largas filas de personas entusiasmadas de poder adquirir alguna prenda de la afamada diseñadora. En tierras tapatías hubo una gran asistencia desde primera hora en la tienda, aunque no al grado de lugares como Madrid o Nueva York. 

No cabe duda que éste tipo de colaboraciones con diseñadores vuelven locos a los amantes de la moda, ¿y por qué no habrían de hacerlo? con piezas tan excitantes como los botines de piel o la “chaqueta guatada” que son una mezcla de buen gusto y originalidad.

Esperemos que marcas como H&M continúen realizando estas alianzas, deleitándonos la pupila y permitiendo añadir a nuestro guardarropa una pieza única. Les dejamos fotos de nuestras piezas favoritas de la colección.

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MODA INTERACTIVA

Ying Gao:

 Diseñador que se ha ganado la atención de tres sectores creativos que en múltiples ocasiones han unido esfuerzos para diferentes proyectos. Nos referimos a los grupos de la moda, el arte y la tecnología. Esta profesora de diseño en la Université du Québec à Montréal (UQÀM) ha logrado unir la maravilla de cada uno de ellos y crear conceptos galardonados en importantes ferias en todo el mundo. Hoy, son tres las propuestas de Gao las que circulan por diferentes salas: Walking City, inspirada en el grupo arquitectónico inglés Archigram quienes en los años 60 imaginaron estructuras habitables móviles, e inflables; Playtime, basada en Jacques Tati, es una una reacción al flash de la cámara mediante sensores sensibles a la luz y la pieza comienza a ondularse, y Living Pod. En todas, Ying Gao juega a que la prenda se una al espectador a través de los sentidos, en especial aquellos que reaccionan al sonido y a la luz. La interacción va desde los flashes fotográficos que dan vida al vestido, hasta ondas sonoras que soltamos ante un micrófono, y que inflan el traje con una bomba neumática oculta en el vestido activada por medio de un sensor de movimiento. El algodón y el cuero, además de los componentes electrónicos son alguno de los materiales principales en las propuestas de Gao.

La exposición Ying Gao: “Arte, Moda y Tecnología” presenta una docena de piezas que incluyen tres series de prendas “inteligentes” que se mueven y cambian en respuesta al ruido, al sonido, al movimiento o a la luz. Estas prendas representan el estado de la técnica de la investigación sobretextiles con tecnologías integradas, pero todavía tienen una dimensión increíblemente poética. Dibujan el ojo del espectador, aireando, desenvolviendo y transformando al tiempo que protegen virtualmente el cuerpo que cubren.

Fuentes:

http://www.rude-magazine.com/sin-categoria/yinggao/

http://www.puntafinanews.com/2011/09/ying-gao-living-pod/

REVISTAS “TOP”

VOGUE:

Nació en los Estados Unidos en 1892, fue fundada por Arthur Baldwin Turnure. Cuando éste murió, en 1909, la revista pasó a manos de la editorial Conde Nast Publications, Inc. (creada en 1908, cuya sede principal está en la ciudad de Nueva York). Se trató de la primera publicación estadounidense que logró conquistar Europa. Esta revista de moda y estilos de vida, considerada la más influyente a nivel mundial, hoy se edita en más de veinte países del mundo.

Vogue

ELLE:

Creada en Francia en la década de 1940, propiedad del Grupo Lagardere.
Elle Magazine es sin duda la revista de moda más grande del mundo, con treinta y seis ediciones en seis continentes en todo el mundo. La edición de EE.UU. por sí solo llega a una audiencia de casi cinco millones de mujeres que encuentran en la revista Elle un estilo agudo y la sustancia con un punto de vista más independiente de otras revistas de su género donde su atención se centra en “la moda, la belleza y el estilo”.

ELLE

GLAMOUR:

Revista para mujeres publicada mensualmente por Condé Nast Publications. Creada en 1939 en Estados Unidos, era originalmente llamada Glamour of Hollywood; en la actualidad es publicada en numerosos países.
Desde 1980, la revista entrega los premios “La mujer del año”. Cada otoño se organiza la ceremonia para reconocer a las más destacadas mujeres en el ojo público. En el año 2007, la golfista mexicana Lorena Ochoa recibió esta distinción.

Glamour

COSMOPOLITAN:

Revista femenina, conocida popularmente como “Cosmo”, que ha sido publicada por más de un siglo. Comenzó como una revista familiar, lanzada en 1886 por Schlicht & Field como The Cosmopolitan.
El tiraje de Cosmopolitan alcanzó los 25.000 ejemplares ese año, pero en marzo de 1888 Schlicht & Field no continuaron en el negocio. John Brisben Walker adquirió la revista en 1889, y E. D. Walker, anteriormente en Harper’s Monthly, llegó a ser el nuevo editor, introduciendo ilustraciones en color, y revisiones de libros y seriales. Se convirtió en un interesante mercado para la ficción.
La revista llegó a un tiraje máximo de 75.000 ejemplares en 1892.

Cosmopolitan

TELVA:

Creada en 1963, basa su éxito en la calidad de sus contenidos, en el amplio temario que abarca y en la conexión con el público al que va dirigido. Sus contenidos están llenos de glamour y sus responsables saben combinarlos con ideas prácticas y accesibles para su público. Tiene su hueco de mercado muy bien definido, en el que es líder en ventas y publicidad.Su sección de moda es muy apreciada, pero también otras secciones como belleza, cocina, decoración, tiempo libre o gentes, saben llegar a la lectora, que espera con ansiedad su cita mensual.

Telva

MARIE CLAIRE:

Jean Prouvost creó la primera edición en 1937, la cual se distribuía cada miércoles. Ahra se encuenra como una revista femenina mensual iniciada en Francia pero también distribuida en otros países con ediciones específicas para sus idiomas. Mientras cada país muestra su voz especial con sus lectoras la edición de Estados Unidos se enfoca en las mujeres y varias ediciones alrededor del mundo. La revista también entrega a las lectoras información de salud, belleza, y modas en cada edición. 

Marie Claire

HARPER‘S BAZAAR:

 Fundada en 1867 en Estados Unidos como Harper’s Bazar por Mary Louise Booth, las páginas de la revista han contado con importantes colaboraciones y fotógrafos.  Inicialmente, fue publicada semanalmente hasta 1901, cuando se convirtió en mensual. Hearst Corporation, el propietario actual, adquirió la revista en 1912. 
Harper’s Bazaar se publica en 18 países aparte de Estados Unidos.

Harper's Bazaar

CUORE STILO:

Se caracteriza por su ácido humor y porque en sus contenidos excluye, a diferencia de otras revistas del corazón españolas, a personajes del mundo de la farándula. Es una publicación perteneciente al Grupo Zeta, editada por Zoom Ediciones.
La revista, que se editó por primera vez en España el 10 de mayo de 2006, sale a la venta los miércoles. El 26 de junio de 2009 lanzó su edición para Portugal.

CUORE ESTILOcuore stilo enero 2013

NYLON:

Revista estadounidense que se centra en la cultura pop y la moda. Su cobertura incluye el arte, la belleza, la música, el diseño, las celebridades, la tecnología y el viaje por el mundo. Fue co-fundada en 1999 por los Jarretts. Según Editorial Jaclynn Jarrett, se eligió el nombre de la revista, porque “… Marvin Scott, Jarrett, nuestro Editor en Jefe, sólo le gusta la Nylon por el sonido. Después de recoger, nos dimos cuenta de la New York / London, que es congruente con nuestro enfoque editorial de estas dos ciudades. “las dos primeras letras son las iniciales de Nueva York y de las últimas tres letras son las tres primeras letras de Londres (Nueva York, Londres). El diseño de la revista fue la intención de ser “hiper-legible”, en respuesta a las críticas de Ray-Gun ‘s diseños “caóticos”. El primer número se publicó el 6 de abril de 1999.

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POSIBILIDADES DE LA CONVERGENCIA

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La convergencia de medios que se suscitó en  el mundo de las revistas de moda, como se mencionó en un post anterior, significó grandes cambios en las formas de interacción y posibilidades para los usuarios. Pero una posibilidad importante es también la que obtuvieron las propias revistas y los proveedores de productos y servicios (y también los consumidores) con este cambio.

El poder disponer de tanta información y medios digitales para observar el trabajo de los diseñadores, conocer las marcas, comparar productos y eventualmente comprarlas en un mismo sitio, es algo que las revistas convencionales no ofrecían y que sin duda han aumentado en gran medida las ganancias de las mismas.

Se puede llegar a pensar que es sólo una nueva forma de consumo, y viéndolo desde un punto de vista cuadrado quizá si lo es, sin embargo esta posibilidad de alcance a la información que le permite tener a los usuarios la convergencia mediática, significa tener el poder de comparar y decidir. Ya no se está atado a el medio convencional en el que lo que veías era lo que podías comprar, sino que ahora con un sólo “click” se te abre un panorama de diversidad, que acompañado de entrevistas, opiniones y encuestas, te pueden llevar como usuario y consumidor a tomar la mejor decisión que de no tener acceso a todo lo anterior, tal vez no hubiese sido la misma.